En los niños con daño neurológico, puede haber, como en el adulto, un deterioro de la función, pero en pediatría se plantea un segundo problema: el entorpecimiento o enlentecimiento del desarrollo. No es difícil comprender que cuanto menor sea el niño, mayor serán las posibilidades de progreso terapéutico, teniendo la posibilidad de actuar sobre la prevención en la etapa temprana.

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