La rehabilitación es un proceso complejo que resulta de la interacción de múltiples acciones para lograr que un sujeto con discapacidad recupere su estado funcional óptimo, tanto en el hogar como en la comunidad, en el grado que le permita la utilización apropiada de todas sus capacidades.
El objetivo amplio o meta es compensar, en la medida de lo posible, el problema del paciente tanto físico, psíquico como social y continuar, además, ayudándole mediante tratamiento, y estimulación, a hacer frente a los diferentes aspectos de su dificultad, con el fin que su vida experimente un cambio, de una vida de dependencia a otra de independencia, a una vida más satisfactoria.

La rehabilitación no es una técnica especializada de tratamiento, ni un método, ni siquiera un principio, la rehabilitación es una filosofía de acción: la filosofía de la asistencia al paciente, así como el cuidado continuo del mismo.

La disfuncionalidad, surge de la disminución física, o psíquica resultante de la inhabilidad, en esencia, es la proyección de la discapacidad sobre la totalidad del individuo por lo tanto hoy, no cabe duda que rehabilitar es un deber y una necesidad moral y material que afecta a todos y cada uno de los participantes de la sociedad.

La participación familiar es indispensable para lograr el desarrollo individual del sujeto que sufre una discapacitad. Este fator, junto con la puesta en marcha de criterios comunes con los terapeutas, incrementa su autonomía y su autoestima, mejorando sus relaciones interpersonales y en pos de obtener una adecuada reinserción social.

El sujeto discapacitado, la familia y el equipo tratante, deben implementar de común acuerdo las pautas necesarias para lograr la rehabilitación, su independencia y evitar las posibles secuelas.